Manifiesto de las primeras mujeres brasileñas
Las originarias de la tierra: la madre de Brasil es indígena
Nosotras, las mujeres indígenas, estamos en muchas luchas a nivel nacional e internacional. Somos semillas sembradas a través de nuestros cantos por la justicia social, por la demarcación del territorio, por el bosque en pie, por la salud, por la educación, para contener el cambio climático y por la «Cura de la Tierra». Nuestras voces ya han rompido con los silencios que se nos han impuesto desde la invasión de nuestro territorio.
La población indígena de Brasil está compuesta por 305 Pueblos, que hablan 274 lenguas. Somos aproximadamente 900 mil personas, de las cuales 448 mil son mujeres. Nosotras, las Mujeres Indígenas, luchamos por la demarcación de las tierras indígenas, contra la liberación de la minería y el arrendamiento de nuestros territorios, contra el intento de flexibilizar las licencias ambientales, contra la financiación de las armas de fuego en el campo. Enfrentamos el desmantelamiento de las políticas indígenas y ambientales.
Nuestros líderes están en un proceso permanente de lucha en defensa de los derechos para garantizar nuestra existencia, que son nuestros cuerpos, espíritus y territorios.
Reunidos en el XV Acampamento Terra Livre, en abril de 2019, construimos un espacio orgánico de acción. Llevamos importantes agendas al centro del debate de la movilización que resultó en la primera Marcha de Mujeres Indígenas con la unión de 2500 mujeres de 130 pueblos, en Brasilia, en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el 9 de agosto del mismo año.
La Marcha, con el lema «Territorio: nuestro cuerpo, nuestro espíritu», se diseñó desde 2015 como un proceso de formación y fortalecimiento con una acción sostenida de articulación con varios movimientos.
Agosto de 2020. ¡Pasado un año de la 1ª Marcha, nosotras, mujeres indígenas de todo Brasil, realizamos una movilización histórica! Ante el agravamiento de la violencia a los pueblos indígenas durante la pandemia del Covid-19, decidimos ocupar las pantallas y realizar la mayor movilización de mujeres indígenas en redes virtuales. Así, los días 7 y 8 de agosto, se realizó nuestra gran asamblea en línea con el tema «La sacralidad de la existencia y la sanación de la tierra».
Nosotras, las mujeres indígenas, también somos la Tierra, porque la Tierra está hecha en nosotras. A través del poder del canto, estamos conectadas por todos los rincones, donde los encantos, que son nuestras ancestras, están presentes. La Tierra es hermana, es hija, es tía, es madre, es abuela, es vientre, es alimento, es la cura del mundo.
¿Cómo podemos permanecer en silencio ante un ataque? ¿Ante un Genocidio que hace gritar a la Tierra incluso cuando nosotros callamos? Porque la Tierra tiene muchos hijos y una madre llora cuando ve, cuando siente que la vida que ha generado está hoy amenazada. Pero todavía hay una posibilidad de cambiar esta situación, ¡porque somos la curación de la Tierra!
Frente a la Pandemia, creamos espacios de conexión para fortalecer el poder de la articulación de las Mujeres Indígenas, recuperando valores y memorias matriarcales para avanzar en las reivindicaciones sociales relacionadas con nuestros territorios, frente a los intentos de exterminio de los Pueblos Indígenas, los intentos de invasión y explotación genocida de los territorios – acciones que se han profundizado en el contexto de la pandemia. De esta manera, también pudimos fortalecer el movimiento indígena, sumando el conocimiento de género y generacional.
Las Mujeres Indígenas asumieron un papel fundamental en la articulación de las redes de apoyo en este momento. Además de trabajar permanentemente en las barreras sanitarias, las mujeres estuvieron al frente de las construcciones estratégicas de los planes territoriales, regionales y nacionales de lucha contra el Covid-19. Son muchas las Mujeres Indígenas que tienen un rol importante en la contribución a la defensa de los derechos de los Pueblos Indígenas, enfrentando muchas veces diversas formas de violencia.
Debido a las constantes violaciones de derechos, profundizadas en el contexto de la pandemia, es urgente fortalecer la contribución de estas defensoras, calificando y ampliando sus acciones en espacios de participación política y decisoria y apoyando la participación calificada de las Mujeres Indígenas como protagonistas y multiplicadoras.
Estamos actuando no sólo en la confrontación con el Covid-19, sino en la línea de defensa del «Covid sistemático del Gobierno Federal» y sus permanentes ataques a los derechos indígenas.
Como resultado, se constató la necesidad de avanzar aún más, de fortalecer nuestras capacidades organizativas, con formas de formalizar esta articulación de la ANMIGA, incluyendo la planificación estratégica y el funcionamiento de nuestras redes.
Somos muchas, somos múltiples, somos mil: mujeres, cacicas, parteras, brujas, chamanes, campesinas, maestras, abogadas, enfermeras y doctoras en las múltiples ciencias del Territorio y de la Universidad. Somos antropólogas, parlamentarias y psicólogas. Somos muchas, moviéndonos desde el suelo de la aldea hasta el suelo del mundo.
Mujeres tierra, mujeres agua, mujeres biomas, mujeres espiritualidad, mujeres árbol, mujeres raíz, mujeres semilla y no sólo mujeres, guerreras de la ancestralidad.